Si, como yo, vivís con un pequeño pelícano encerrado en el cuerpo de un perro, conoceréis esa preocupación de ver cómo vuestra mascota se traga cada cosa que llega a su hocico sin masticar, sin parpadear y casi sin respirar. Engullir la comida puede parecer la forma que tiene el animal de remediar el hambre, pero sus verdaderas causas son mucho más complejas. Por un lado, está la posibilidad de que el perro sufra de estrés o ansiedad. Esto no siempre es un estado pasajero, sino que ciertas razas lo poseen casi como algo innato y permanente. Por otra parte, existe un motivo tan básico como sorprendente, y es el instinto.

El perro desciende del lobo y, a pesar de su evolución y domesticación, mantiene en muchos aspectos su conducta de supervivencia. En un entorno salvaje, comer cuanto antes y lo máximo posible es muy importante. El problema es que en casa, ni va a pasar una larga temporada hasta que vuelva a encontrar alimento ni va a tener que disputarse el bocado con nadie. Por eso debemos acostumbrarlo a ingerir su comida de una manera más relajada; de lo contrario podría llegar a sufrir trastornos en la alimentación, como obesidad, o incluso problemas respiratorios y gástricos por el ansia de tragar sin antes triturar el alimento.

Para ello, hoy os presento un interesante producto que podéis encontrar en las estanterías de accesorios para la alimentación canina de nuestra tienda. Se trata del comedero Fun Feed, de Outward Hound. Este modelo de plato consigue regular la velocidad en la que el perro traga, pues distribuye los granos de pienso por diferentes recovecos que el animal tiene que seguir. Consigue así un resultado positivo para los más glotones a la vez que agiliza su inteligencia, pues es una forma de comer natural e incluso divertida para ellos. Este artículo está disponible en 3 modelos diferentes, con colores llamativos y trazados creativos, y también ofrece 2 tamaños, pequeño (2 tazas de pienso) y grande (3 tazas).

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Además, los materiales en los que se fabrica están libres de plásticos tóxicos como PVC o BPA, lo cual evita cualquier peligro de intoxicación por lamido.

Es muy sencillo de limpiar y admite fregado en lavavajillas.

¡Consejo! No es recomendable anunciar cuándo servimos el alimento al perro de una forma excesivamente animada, mediante unos movimientos o un tono de voz emocionado, ya que esta excitación se le contagia rápidamente. Comer debe ser un hábito más del día, por lo tanto no hay que convertirlo en un momento de especial agitación, sino todo lo contrario. Nuestro amigo comerá mucho más tranquilo y contento… ¡y su salud lo agradecerá!