El hámster es un pequeño roedor muy extendido como mascota.

Debido a sus necesidades sencillas, es una de las especies más recomendadas como primer animal para unir a la familia.

Variedades de hámster

Este roedor tiene distintos puntos de procedencia, dependiendo de su variedad, aunque su origen primigenio es Siria. El hámster sirio es el más grande de todos, puede medir hasta 15 cm, y también se le conoce como hámster dorado o común.

También existen variedades de hámster enanas, que rondan los 5 centímetros de tamaño adulto. Estos son el hámster ruso, el hámster roborowski, el hámster Campbell y el hámster chino.

Entre sus curiosidades, la más característica y común a todos los tipos de hámster son los abazones. Estas bolsas elásticas en el interior de su boca le permiten almacenar comida, heno u otros materiales que quiera transportar.

La esperanza de vida de estos animales varía entre los 2 y los 3 años, aunque los sirios son los más longevos.

Alimentación para roedores

La dieta base del hámster es omnívora, ya que en su hábitat come desde pequeños insectos hasta frutos silvestres y semillas. Lo ideal para la vida doméstica es ofrecerle alimento específico para roedores, sea mixtura o pienso. En caso de escoger comida tipo mix, hay que tener en cuenta que el animal seleccionará qué ingredientes prefiere y desechará el resto, lo cual puede desequilibrar un poco su dieta.

Además rellenar su comedero, es ideal ofrecerle una pieza de fruta o verdura a diario como alimento complementario. Sus favoritos son la fresa, el plátano, la zanahoria, el brócoli y el calabacín, siempre en pequeñas dosis para evitar problemas gastrointestinales.

Aparte de ser una fuente de vitaminas y nutrientes, los vegetales les aportan líquidos. No olvides que su bebedero debe estar siempre lleno, y si no lo acaba, igualmente hay que cambiarlo cada día para que tenga agua fresca y limpia siempre disponible.

Cuidado con algunos alimentos que son tóxicos para ellos: nunca debemos darles de comer cítricos, aguacate, ajo o cebolla.

Para más información, aquí te dejamos una guía de alimentación para roedores.

Consejos de alojamiento

La jaula para el hámster debe ir acorde a su talla y recomendamos escoger un modelo mínimo de 39 x 25 x 22 cm de tamaño.

Para que el animal se encuentre a gusto tendrá que estar siempre dentro de casa, nunca a menos de 25 ºC. De lo contrario, puede llegar a entrar en estado de hibernación.

Es necesario que en la jaula haya una base de sustrato, que no solo lo protegerá del frío, sino que también actuará atrapando el exceso de humedad y suciedad de sus desechos. Para esto, la mejor opción es el lecho de papel prensado o de maíz, ya que su efecto es muy absorbente y duradero; no es recomendable utilizar viruta porque se la pueden clavar.

Si le añadimos una casita o cueva y materiales de abrigo, como algodón o cartón, él mismo preparará su nido. También puede utilizar elementos del propio suelo de la jaula, como sustrato o heno.

Se trata de un animal solitario y territorial, especialmente los dorados. Por eso recomendamos tener uno por jaula para evitar enfrentamientos, más frecuentes en caso de juntar dos machos o dos variedades distintas. La compatibilidad es posible entre una pareja mixta, pero en este caso debes tener en cuenta que habrá riesgo de reproducción.

Bienestar y salud del hámster

Este animal no requiere una gran atención veterinaria, aunque es aconsejable desparasitarlo y pasar una revisión anual para prevenir problemas de salud.

Los roedores son muy limpios y verás que se asean continuamente el cuerpo. Ayúdale a mantener la higiene con un repaso mínimo diario, por ejemplo quitando restos de alimento fresco que no haya guardado y se pueden pudrir. Una vez por semana necesitará una limpieza a fondo, en la que podemos retirar heces, reponer sustrato y otros materiales sucios, aparte de fregar comederos, bebederos y accesorios de la jaula.

El hámster es nocturno, esto quiere decir que sus horas más activas son al atardecer y durante la noche, así que respeta su descanso durante el día.

A su llegada al nuevo hogar, necesita unos 10-15 días para adaptarse. Durante la primera semana en casa no es recomendable tocarlo y durante la segunda se puede empezar a acariciar a ratos cortos, para no crearle estrés. A partir de la tercera semana se puede comenzar a sacar de la jaula, siempre bajo supervisión. No se debe dejar desatendido fuera de la jaula, ya que por tamaño se puede esconder en cualquier lugar y sufrir algún accidente si se queda enganchado o muerde un cable, por ejemplo.

Para jugar y hacer ejercicio en el exterior, recomendamos meterlo en una bola especial para hámster en la que se puede desplazar sin límite de espacio y sin peligro. Añadirle una rueda de hámster para que haga ejercicio también dentro de la jaula, ayudará a enriquecer su ambiente y le aportará entretenimiento en solitario.