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Hiperplasia prostática – Caso clínico de éxito
Tuman es un Husky de 7 años. Hace unas semanas, su familia comenzó a notar que tenía algunos problemas al hacer sus necesidades.
En los últimos días, sus heces eran más pequeñas de lo normal. Además, parecía molesto al orinar e incluso algunas veces sangraba al hacerlo.
Sumado a los síntomas físicos, Truman también empezó a tener una actitud apática y desganada.
De inmediato, acudieron al Centro Veterinario Finca Roja para descubrir qué iba mal.
Qué es la hiperplasia prostática
Los síntomas de Tuman indicaban que algo no funcionaba bien en su vientre y así fue.
Rápidamente se le diagnosticó un caso de hiperplasia y quistes en la próstata. Esta alteración consiste en el aumento de tamaño de la próstata del perro.
Al crecer, obstaculiza la salida de las heces y comprime la uretra, lo cual dificulta la micción y la defecación. Además, la rotura de los quistes produce sangrado.
Tratamiento de la hiperplasia
Esta patología de origen reproductivo es propia de perros sin esterilizar.
La solución adecuada es la cirugía con esterilización resolutiva. Es una pequeña intervención de riesgo mínimo y rápida recuperación.
Prevención es salud
El mejor modo para evitar esta anomalía es la esterilización preventiva. Muchas veces te he hablado de los numerosos beneficios de la esterilización para la salud canina. No sólo previene ésta y muchas otras enfermedades, sino que también reduce su estrés diario y provoca un mayor bienestar.
Esterilizar a edad temprana (al inicio de la pubertad) garantiza a tu mascota una vida más sana y feliz.
Nuestra recomendación es que no dudes en consultar con tu veterinario el mejor momento para someter a tu mejor amigo a esta intervención.
Es una pequeña inversión que ahorra muchos problemas en el futuro. 🙂
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