Los perros son unos de los animales más queridos y apreciados. Llegan a formar parte de las familias como cualquier otro miembro humano y se les quiere prácticamente como tal. Son muchas y muy bonitas las historias que casi a diario podemos conocer sobre la relación de los perros con los humanos, pero hoy queremos hablaros de una muy especial: la historia de John y su perro Schoep.

Fue hace unos veinte años cuando John adoptó a Schoep, que entonces era un cachorrito de tan solo ocho meses. La decisión de adoptarlo la tomó porque, al parecer, sufría una fuerte depresión que logró superar, en gran parte, gracias a Schoep.

Juntos han vivido innumerables aventuras y han crecido juntos, pero con el paso de los años y la llegada de la vejez, Schoep cayó enfermo y comenzó a sufrir artritris degenerativa. Con el fin de aliviar su dolor, John llevaba todas las tardes a su perro al Lake Superior, un lago cuya agua templada ayudaba a Schoep a relajarse e incluso dormirse.

Fue ahí donde una amiga de John, la fotógrafa Hanna Stonehouse Hudson, tomó esta fotografía que se publicó el 1 de agosto de 2012 y que dio la vuelta al mundo. Una magnífica instantánea que retrata a la perfección la conexión que existía entre ambos.

 

Gracias a que la foto tuvo mucha repercusión y viralidad, comenzaron a recibir donaciones con las que pudieron tratar al animal ayudando a suavizar sus dolores. Crearon incluso una página de Facebook en la que se iba relatando la evolución del perro.

Hace tan solo unos días, el pasado 17 de julio, anunciaron en su página de Facebook que Schoep había fallecido. El post recibió más de 300 comentarios y fue compartido por casi 30.000 personas. Sin duda un gran y precioso ejemplo de la relación que un perro y un humano pueden llegar a tener y cómo ésta puede llegar a dar la vuelta al mundo.