Como hemos comentado en anteriores posts, las necesidades nutricionales de los canes dependen en parte de los diferentes estados fisiológicos de éstos. En este sentido, existen diferentes fases a lo largo de la vida de nuestros perros y que podemos diferenciar en: crecimiento, mantenimiento, actividad y reproducción. A lo largo de diferentes posts os iremos explicando qué aportes nutricionales son los necesarios en cada una de estas fases, empezando por la primera de ellas, el crecimiento.

El crecimiento

Dependiendo de cada raza, la fase de crecimiento puede durar entre 8 y 18 meses, en las razas grandes puede incluso alcanzar los 24 meses.

A partir del momento en el que el perro nace pueden establecerse curvas de crecimiento midiendo la Ganancia Media Diaria (GMD) en gramos. La GMD aumenta durante un tiempo y después comienza a descender. Es en ese momento cuando se ha alcanzado el punto máximo de crecimiento. Éste suele situarse entre los 2 ó 3 meses en las razas pequeñas o medianas y sobre los 5 ó 6 meses en las grandes.

En esta fase, las necesidades energéticas y proteínicas son de vital importancia, pero éstas deben estar correctamente adaptadas a la talla de cada raza, de lo contrario, un consumo energético excesivo durante la fase de crecimiento podría derivar en un futuro en obesidad en las razas pequeñas y medianas o en problemas óseos en las razas grandes.

Por otro lado, es muy importante que el perro disponga siempre de agua fresca y limpia. Puesto que los cachorros son más juguetones, es importante revisar que el agua que tiene disponible se mantenga limpia.

Hasta los seis meses, la ración diaria de los cachorros deberá repartirse en tres tomas. Después de los seis meses podrá reducirse a dos tomas diarias, pero siempre llevando un control sobre la cantidad que se le proporcione.

Al contrario de lo que sucede con los gatos, se recomienda no dejar el comedero disponible para el cachorro durante todo el día, sino que es mejor colocarlo en un lugar fijo y ofrecerle el alimento a unas horas concretas y durante un tiempo limitado. Puede suceder que el perro no se coma toda la cantidad de alimento que le pongáis en el comedero durante el tiempo que lo tiene disponible, no os preocupéis, lo mejor es retirar el alimento sobrante en lugar de dejar que permanezca en el comedero.

Lo mejor es que el cachorro esté alimentado únicamente con alimentos especiales para cachorros y siempre adaptados a su tamaño, dependiendo de cada raza. No le deis nunca las sobras de vuestra comida, ya que éstas no cubren sus necesidades nutricionales y lo único que podéis conseguir es provocarle trastornos digestivos.

Siguiendo estos consejos seguro que podréis ayudar a vuestros cachorros en su fase de crecimiento, tan importante para su desarrollo y para evitar futuros problemas de salud. Ya sabéis que estamos encantados de resolveros cualquier duda que os pueda surgir, ¡feliz día!