Los gatos blancos, aunque no son los más populares, son un símbolo de lujo y elegancia. Existen gatos blancos de pelo largo, corto, de raza grande o pequeña, etc, y cada uno de ellos presenta unas peculiaridades distintas y necesitan cuidados específicos.

Parece ser que los primeros gatos blancos llegaron desde Turquía a Europa, donde tuvieron mucho éxito, de hecho en España fueron muy populares durante los años 90.

Existen diversas circunstancias que hacen que un gato sea completamente blanco. El gen del albinismo, conocido como “c”, es la causa menos común, al contrario de lo que se pueda pensar. Los gatos albinos totales son muy escasos, éstos se pueden distinguir del resto de gatos blancos porque sus ojos se ven rojos. Esto es debido a que, al carecer de pigmentación, la luz se refleja en los vasos sanguíneos de la retina.

El gen “W” es otro de los causantes de que un gato sea blanco. Este gen impide la síntesis de las melaninas en la piel y el pelo de los gatos, aunque no en los ojos. En este caso, los gatos se caracterizan por tener el pelo blanco y la nariz y los dedos rosados. Sin embargo, el gen “W” presenta algunas particularidades, como que puede producir sordera, tanto de un solo oído como de ambos. La sordera se transmite genéticamente, por lo que tanto los gatos blancos que participan en exposiciones felinas como aquellos que quiera registran sus descendencia en los libros de orígenes de las asociaciones deben contar con un certificado de “no sordera”.

gatos blancos

Por otro lado, existen gatos que no son blancos desde que nacen, sino que muchas veces nacen con algún tipo de mancha que con el tiempo desaparece. Esta mancha normalmente es un vestigio del color que esconde el gato y suele ser muy evidente en los casos negros y azules.

Son muchas las razas que admiten el color blanco, a excepción de algunas que exigen un color concreto, como el Mau Egipcio, el Abisinio o el Bengalí, entre otras.

Los gatos blancos precisan más o menos los mismos cuidados que cualquier otro gato, aunque a la hora de bañarlos es mejor hacerlo con un champú específico para ayudar a eliminar los rastros amarillentos que aparecen en algunas zonas.

En el caso de aquellos que tengan pelo largo, es necesario cepillarlos así como impedir que el pelo del collar se moje al beber, puesto que se podría ir amarilleando con el tiempo.

En el caso de las razas que tienen tendencia a lagrimear, se deberá prestar especial atención al contorno de los ojos para que éste permanezca blanco. Por otro lado, los gatos blancos que no han sido castrados producen un exceso de grasa en la cola que hace que casi sea de color marrón.

Como ya os contábamos en posts anteriores, nuestras mascotas también deben protegerse del Sol, especialmente los gatos blancos, ya que podrían no sólo quemarse, sino también adquirir un color amarillento si se exponen de manera muy prolongada a los rayos solares.