Ya estamos en pleno verano y el desfile de perros rapados es constante.

Como profesionales en el cuidado de la salud de tu mascota, solo podemos tirarnos de los pelos -nunca mejor dicho- al ver tal desastre.

Con las altas temperaturas muchas personas piensan que su perro estará mejor si se libra de su melena y luce un buen rapado (sobre todo los perros de pelo de doble capa como: Husky, Golden, Pastor Alemán, San Bernardo, Samoyedo, Border Collie, Akita, Terranova, Chow-Chow, etc), pero nada más lejos de la realidad.

Un perro nunca se debe rapar. Puede que sí por motivos veterinarios (intervención quirúrgica, enfermedad o curación de una herida), pero nunca por motivos estéticos o de comodidad, ya que son muchos los peligros que un rasurado conlleva:

1. Enfermedades en la piel

El pelo es la forma natural que tienen los perros para proteger su piel de los diferentes fenómenos atmosféricos y las enfermedades. Por lo general, los perros tienen dos capas de pelo. Una exterior que protege del sol y la lluvia, y una interior que protege del frío y del calor.

Al rapar al cero, suprimimos la primera capa y su protección, por lo que el perro se verá a expuesto a los rayos solares sin el filtro necesario. Esto puede ocasionar quemaduras solares, erupciones e incluso cáncer de piel. También, hay perros que tiene un pelaje muy fino o que carecen de bello en algunas partes de su cuerpo. En estos casos los mejor es utilizar un protector solar.

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2. Descontrol de la temperatura corporal

Muchas personas piensan que al rapar al perro estará más fresquito, pero todo lo contrario. Al exponerse al sol sin su protección natural, los rayos de sol incidirán directamente en la piel y su temperatura subirá mucho más y más rápido. 

Los perros regulan su temperatura a través de la lengua y almohadillas, pero esto ocurre en condiciones normales. Al tener el pelo corto o al cero no tendrán este control y pueden sufrir los temidos golpes de calor.

3. Piel más expuesta a picaduras de mosquitos y parásitos.

El pelo del perro evita que muchos mosquitos y parásitos lleguen hasta la piel. Muchas veces habrás comprobado como algunas garrapatas o pulgas quedan colgando o enganchadas al largo pelaje de tu perro. Esta protección la eliminamos al rapar al perro, por lo que queda mucho más expuesto a la picadura de estos insectos y las graves y mortales enfermedades que transmiten; como por ejemplo la leishmaniosis.

4. Alopecia, calvas y ronchas.

Al rapar el pelo este se debilita y pierde calidad. En perros de pelo liso tienda a rizarse y a enredarse mucho más.

El pelo interno crece más rápido que el pelo externo, sobresaliendo más y asfixiándolo de manera que no puede crecer bien y obligando a rapar de nuevo. Se inicia un círculo vicioso en el que el pelo del perro nunca volverá a ser el mismo y por tanto el perro ya no tendrá esa protección.

Este círculo vicioso, si no se trata por profesionales y con los productos correctos, puede acabar provocando calvas y ronchas en tu perro.

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Como ves, rapar a tu perro no es la mejor forma para aliviarlo del calor.

A continuación te damos algunos consejos que si que le ayudarán a combatir el calor:

  • Evita que pase mucho tiempo al sol. Procura tener zonas de sombra en casa y salir a pasear en las horas de menos calor (amanecer, atardecer)
  • Mantenlo hidratado durante todo el día: bebederos con agua limpia (a poder ser fresca), comida húmeda, etc.
  • Apoyate en productos que alivian el calor: manta, collar o arnés refrigerante, entre otros.
  • Cepíllalo para eliminar el pelo muerto y dejar que el aire pase entre la piel y el pelo. El FURminator o King Coat son una buena opción para hacerlo.

En nuestra academia y peluquería canina utilizamos y enseñamos las mejores técnicas adaptadas a cada raza, ya que cada perro y su pelaje son únicos y nuestro objetivo principal es proteger la salud de tu perro.

Aquí te dejamos un ejemplo de cómo lo hacemos:

 Si decides que es momento de arreglar la melena de tu perro, no dudes en consultarnos