Determinar un espacio de calma para tu perro es muy recomendable para que aprenda a gestionar solo sus emociones.

Darle un zona de descanso propia potencia su independencia, lo cual es muy positivo para vuestra relación y, sobre todo, para su bienestar.

Hoy vamos a aprender cómo determinar un sitio seguro y positivizarlo:

Paso 1 · Elige la ubicación del espacio

Elige una zona que sea familiar para el perro y coloca allí una jaula o un transportín. Pon dentro su camita y tira premios sobre ella, para que el perro decida entrar. Es importante dejar la puerta abierta, para que también entienda que puede salir cuando quiera.

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El tiempo de habituación al espacio puede variar dependiendo del perro. Lo más probable es que el animal no esté acostumbrado a estar en un espacio estrecho y oscuro, con lo cual puede llevarle su tiempo. Esto es totalmente normal, por eso es importante tener paciencia y dejar que él solo vaya cogiendo confianza con el sitio, olfateando y explorando.

No hay un tiempo establecido para el proceso, cada perro es un mundo. Déjale conocer el espacio a su aire, es importante que lleve la iniciativa mientras va tomando confianza

Paso 2 · Conviértelo en su sitio preferido

Para transmitir al perro la sensación de que su refugio es el mejor lugar de la casa, continuamos utilizando el reclamo de la comida.

En este caso, utilizaremos un juguete tipo KONG relleno con su paté favorito. Este accesorio es una especie de puzzle para perros, ya que permite fijar alimento (sea su ración de comida o premios) en el interior. Conseguir sacarlo se convierte en un reto que activa su mente.

Para «enseñarlo a pensar» y que pueda utilizarlo correctamente, al principio se lo pondremos más fácil, que no sea complicado de lograr. Una dificultad excesiva puede ser frustrante y perdería interés, lo cual frenaría su avance. Si empiezas a nivel más sencillo y vas aumentando, verás cómo el perro irá cogiendo confianza y disfrutará del juego y sus beneficios.

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Fija el KONG con una cuerda al interior de la jaula o del transportín. Así, además de acostumbrarse al juguete, sabrá que ése es el espacio donde puede encontrar comida de una forma divertida.

El objetivo es que el perro relacione el sitio como un lugar donde le pasan cosas positivas y finalmente decida por sí mismo entrar cuando quiera, nunca hay que forzarlo

No intentes acelerar el proceso, pues si le generas presión, lo que obtendrás será resistencia e inseguridad. Por forzar el avance, conseguirás retrasarlo. Respeta el tiempo de aprendizaje del perro para que se encuentre cada vez más a gusto en su espacio.

Paso 3 · Deja el refugio siempre disponible

Una vez que el perro se haya habituado y reconozca el espacio como su lugar de calma, tienes que garantizarle una accesibilidad.

Debe saber que puede utilizarlo tanto como zona de descanso como sitio seguro si lo necesita. Por lo tanto la jaula o transportín tienen que estar siempre en el mismo sitio y con la puerta abierta. Así el animal podrá entrar y salir cuando quiera.

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En episodios de miedo o ansiedad, como por ejemplo ante ruidos fuertes o situaciones inesperadas (petardos, tormentas…), siempre debemos dejarle la puerta abierta, para que gestione la situación de forma autónoma. Lo fundamental es que ante ese tipo de momentos el perro sepa que puede recurrir a su lugar de calma para recuperarse, y salir cuando quiera.

El perro vivirá con mayor bienestar y equilibrio emocional al saber que siempre tendrá como recurso una zona segura donde refugiarse para tranquilizarse

Si tu perro tiene miedo a los petardos, te damos más información para ayudarle a superarlo aquí:

FALLAS SIN MIEDO