Los trastornos alimentarios del perro son más frecuentes de lo que podríamos pensar, y es que, al igual que nos puede ocurrir a nosotros, ellos también sufren trastornos alimentarios. Éstos pueden estar relacionados con el propio animal o bien con el alimento que se le está dando, o incluso puede ser un factor ambiental. Por eso, si conocemos cuáles son los elementos que condicionan el comportamiento alimentario normal de un perro, podremos ser capaces de detectar mejor si existe alguna anomalía en la toma de alimentos y saber a qué se debe.

En este sentido, el olfato es un sentido que cobra mucha importancia. Como sabéis, los perros tienen extremadamente desarrollado el sentido del olfato, algo así como unas mil veces más de lo que lo tenemos los humanos. Así pues, una simple obstrucción de sus cavidades nasales puede ser suficiente para causar en el perro una disminución de la ingesta alimentaria, ya que sus elecciones alimentarias se guían en gran parte por el olfato.

Los trastornos más frecuentes en cuanto a comportamiento alimentario se refiere son que el perro no come, que come demasiado, que come cualquier cosa o que come excrementos.

Trastornos alimentarios del perro

Cuando el perro no come.

Seguramente ni se nos había pasado por la cabeza, pero los perros también sufren anorexia. Son varias las causas que pueden hacer que un perro sufra anorexia. Algunas de las más frecuentes son la fiebre, la excitación sexual del macho en presencia de una hembra en celo o la competencia alimentaria, por ejemplo en los casos en los que un perro dominante impide que un congénere se acerque al comedero.

Otra de las causas es la mala conservación de los alimentos, lo que hace que éstos resulten inapetentes para el perro.

Cuando el perro come demasiado.

En esta situación se puede afirmar que el perro es bulímico. Son varias las razones que pueden causar dicha situación, como el temor a carecer de alimento, un desarreglo neurohormonal, el aburrimiento, una ración demasiado pobre en energía o un trastorno de asimilación digestiva. Una manera de poder orientar a vuestro veterinario en caso de que vuestro perro sufra este tipo de trastorno es llevando a cabo una cuantificación de las entradas, es decir, lo que come el perro, y las salidas (sus excrementos), así como las variaciones de su peso.

Cuando el perro come cualquier cosa.

No debe preocuparos que vuestro perro coma hierbas e incluso las vomite, es un comportamiento muy común que normalmente hace el perro a modo de “purga”. Si observarais que este comportamiento se intensificara o bien vuestro perro comenzara a lamer paredes o suelos, o incluso a comer tierra, entonces sí deberíais tratarlo.

Cuando el perro come excrementos.

Por lo general, la ingesta de excrementos por parte de los perros, bien sean suyos o ajenos, suele deberse a la presencia de nutrientes no digeridos en los mismos y que resultan apetecibles para los canes. En este caso lo primero que habría que hacer es averiguar si existe algún trastorno de asimilación digestiva o si bien está consumiendo demasiadas cantidades de alimento. Esto último provoca que se acelere el tránsito intestinal y se produzca una disminución de la digestibilidad. Si fuera ese el caso, tan solo tendríais que reducir su ración diaria.

Por supuesto, en el caso de las madres no se trata de ningún trastorno. Cuando son madres, las perras lamen de manera natural las materias fecales de sus cachorros para limpiarlos, así que en este caso no debe ser motivo de preocupación. Algo similar ocurre con los perros de raza grande, especialmente con los pastores alemanes, que con frecuencia padecen de insuficiencia pancreática.

En cualquiera de los casos, lo mejor es que acudáis a vuestro veterinario, ya que será quien mejor podrá detectar los problemas que pueda tener vuestra mascota y quien mejor podrá orientaros y ayudaros para solventar el problema. Nosotros, por nuestra parte, estaremos encantados de recibir vuestras preguntas o comentarios. ¡Feliz día!