Empezamos nuestra serie de posts sobre razas caninas con una de las más conocidas: el Pastor Alemán. Seguramente, al pensar en esta raza, a más de uno os viene a la cabeza la típica imagen de la familia feliz, en su casa del campo y con un Pastor Alemán en el porche de la entrada…¿verdad? No es para menos, ya que este tipo de perros son conocidos por ser muy equilibrados, vigilantes y dóciles, por lo que son muchas las familias que lo escogen para sus hogares. Son también muy obedientes y fieles, además de listos, alegres y protectores con los niños. Sin embargo, la popularidad del Pastor Alemán es bastante reciente, ya que hasta después de la Primera Guerra Mundial no se vieron ejemplares de esta raza fuera de Alemania.

Como su nombre bien indica, procede de Alemania, de ahí que su nombre original sea prácticamente imposible de pronunciar para nosotros: Deutsche Schäferhund, aunque también se le conoce como Pastor de Alsacia, Perro-lobo o Lobo de Alsacia.

Un poco de historia

Por su condición de perro fuerte y robusto (puede generar una fuerza de más de 220kg, el Pastor Alemán se ha empleado para trabajos muy diversos a lo largo de su historia: perro de rebaños, de guerra, de rastreo, de salvamento, de defensa o incluso como guía de ciegos, entre otros.

Maximilian von Stephanitz, capitán de caballería del ejército alemán, está considerado como el padre de esta raza, ya que fue él quien, a finales del siglo XIX en Alemania, llevó a cabo, a través de una selección metódica, un programa de crianza para la guarda y protección de los rebaños de carneros contra los lobos.

El primer ejemplar fue Horand von Grafath, un pastor que se aleja bastante de la imagen que tenemos hoy en día de esa raza, ya que aquel primer ejemplar, con su pelaje gris, tenía un aspecto mucho más lobuno.

Posteriormente y con el objetivo de suavizar tanto el aspecto psíquico como físico de la raza, la Asociación de Amigos del Pastor Alemán comenzó en 1899 un programa de selección de ejemplares.

Gracias a las aptitudes que caracterizan esta raza, resultó de gran utilidad durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, no en vano cuando pensamos en un perro policía siempre se nos viene a la cabeza la imagen de un Pastor Alemán.

Características

El Pastor Alemán se encuentra dentro del grupo 1 en la clasificación de razas caninas, el grupo de los perros de pastor.

Esta raza se caracteriza por poseer una cabeza cuneiforme y bien proporcionada con respecto al tamaño, además de un hocico en forma de cuña y una robusta dentadura. De ojos almendrados y oscuros; y orejas de tamaño medio muy erguidas pero con el pabellón girado hacia adelante y terminadas en punta.

El Pastor Alemán es de constitución fuerte y musculosa y destaca por su pelo denso, derecho, duro y aplastado. Su pelaje es negro pero con marcas pardas rojizas, pardas, amarillas o grises claras, mientras que el subpelo es de color gris claro.

Normalmente la altura de los machos adultos ronda entre los 60- 65cm, mientras que la de las hembras está entre los 55 y los 60cm. El peso varía también en función del sexo del animal, mientras que los machos oscilan entre los 30 y 40kg, las hembras lo hacen entre los 22 y los 32kg.

Desde Maskokotas os aconsejamos que le deis mucha importancia a la educación de vuestro Pastor Alemán, ya que ésta condicionará su comportamiento futuro. Por otro lado, se trata de un perro con altas necesidades de realizar ejercicio, por lo que es muy recomendable darle largos paseos de manera diaria, si es posible.

Curiosidades

¿Sabíais que existe el Pastor Alemán blanco? Es conocido como ovejero blanco y durante varios años se pensó que este color derivaba del albinismo, sin embargo, éste procede de un gen recesivo simple. Para poder continuar el color ambos padres deberían ser portadores de este gen. Los ovejeros blancos son más sutiles, accesibles, calmados y menos agresivos.