Como bien es sabido por todos nosotros, los gatos y el baño no son términos que normalmente vayan asociados, y es que a los gatos no les gusta el agua, o por lo menos a la inmensa mayoría. Por esto, es importante acostumbrar al felino al baño desde que cumple los 3 meses de edad, especialmente si en el futuro está previsto que sea un gato de exposición.

Respecto al lugar en el que bañar y secar al gato debe ser un sitio con buena calefacción y en el que no haya corrientes de aire, ya que debemos evitar a toda costa que el gato coja frío.

La temperatura ideal del agua está entre los 36 y 37 grados. Una vez hayáis llenado la bañera con algunos centímetros y hayáis comprobado que la temperatura sea la correcta, podéis empezar a introducir lentamente a vuestro gato, al mismo tiempo que vais acariciándolo y hablándole para tranquilizarle.

Para mojarlo podéis utilizar un pequeño vaso, preferiblemente de un material que no se pueda romper para evitar dañar al animal. Mojadlo siempre delicadamente, sin dejar de acariciarlo y evitando que entre agua en sus ojos o canales auditivos.

los gatos y el baño

Por supuesto, no utilicéis nunca para enjabonarle el mismo champú que usaríais para vosotros. El pH de la piel de los gatos es completamente diferente al nuestro, además el gato podría intoxicarse al lamerse. Por eso es muy importante utilizar un champú específico para gatos. En la actualidad existe una amplísima gama de productos adecuados a las necesidades de cada felino y también a nuestro bolsillo. Una vez aplicado el champú habrá que frotar bien todo el cuerpo, haciendo especial hincapié en las patas, la cola y el vientre. Después pasaremos a enjuagarlo y repetiremos la acción de enjabonado y aclarado. Este último aclarado es importante, ya que debemos evitar dejar cualquier residuo de champú.

Para secar al gato bastará con una toalla adecuada a su tamaño que esté seca y, a ser posible, tibia. Eliminaremos el agua frotando vigorosamente y, al terminar, le pasaremos un pequeño algodón por el conducto auditivo para así absorber el agua que hubiera podido entrar. Nunca utilicéis un bastoncillo de los oídos, ya que éste podría dañar el conducto auditivo del gato.

los gatos y el baño

Si los gatos no son muy amigos del agua, tampoco lo son especialmente de los secadores de pelo…el ruido y el aire suelen ser muy molestos para ellos. Utilizando una potencia baja y evitando dirigir el aire hacia sus ojos u orejas, podemos llegar a conseguir que el felino se acostumbre al secador. De ser así, aseguraos de que habéis secado bien todo el cuerpo, pero sobre todo el vientre, las patas y la cola.

Es posible que después del baño el pelaje de vuestro gato parezca diferente, no os preocupéis, éste volverá a ser como era al cabo de un par de días.

Bañar a vuestro gato puede ser toda una experiencia, en ocasiones seguramente muy divertida. ¿Alguno de vosotros ha probado alguna vez a bañar a su gato? Si es así, ¡queremos conocer vuestras experiencias!